Cómo comunicar de una forma más efectiva el impacto ambiental

«El planeta no puede ser salvado, nadie puede salvar el planeta, porque el planeta no necesita un salvador. Es la civilización humana la que necesita nuevas políticas que hagan la vida humana sostenible en los próximos 20 o 100 años»

Peter Sloterdijk, filósofo

¡Por supuesto! Consideramos que no estamos haciendo lo suficiente para contrastar el cambio climático, que deberíamos construir todos de una forma más sostenible y que si no aceleramos el cambio, nuestro impacto en el planeta será desastroso. Del mismo modo estamos convencidos de que muchos de nosotros, los arquitectos, no entendemos plenamente nuestro compromiso con la sociedad y que el sector de la edificación es todavía un desastre, con un retraso de 30 años con el resto de los sectores productivos de la economía.

¿Hace falta repetirlo una y otra vez? …Probablemente si!

Pero en este articulo queremos dar un punto de vista distinto, que quizás nos pueda ayudar a todos a comunicar un poquito mejor y contribuir de una forma más proactiva.

Nuestra propuesta es de cambiar la perspectiva, del planeta a la persona.

A nivel practico, nuestro punto de partida consiste en cambiar la unidad de medida. Estamos muy acostumbrados a medir la sostenibilidad de un edificio en valores normalizados por metro cuadrado, por ejemplo, kWh/m2 CO2eq/m2 €/m2 etc.

Aunque este valor es importantísimo para tener un comparativo a la hora de comparar valores de referencia, quizás no es el mejor indicador para transmitir el mensaje a un público más amplio y menos informado. Cambiar la perspectiva y el mensaje es clave y podría influenciar (quizás) un poco más a la hora de la toma de decisión si tuviésemos más claro el impacto real que implica.

Hagamos una prueba. ¿Si en lugar de hablar de impacto por m2 hablamos de impacto por persona?

¿Si en lugar de decir que las emisiones de un edificio corresponden a 100 kgCO2/m2 por año decimos que cada habitante tiene un impacto positivo en el medioambiente, en términos de absorción de CO2, equivalente a 20 árboles adultos?

¿Si en lugar de decir que un edificio reduce su huella de carbono del 70%, decimos que su beneficio ambiental corresponde a un impacto positivo equivalente a un bosque de 1 hectárea?

En algún estudio  de investigación se encuentra esta relación menos convencional entre impacto y persona. Un ejemplo muy claro son los equipamientos deportivos con piscina cubierta, donde el calentar un vaso de agua comporta un gasto importante que no varía en función del aforo (siempre tendrás que llevar la temperatura del agua a 28-29º) pero la relación por usuario puede cambiar dramáticamente si en lugar de nadar 100 personas al día solo nadan  10.

A veces el impacto que genera cada uno de nosotros es totalmente distinto.

Podemos empoderar a los usuarios, haciéndoles conscientes de su propio impacto positivo (o negativo) en el medioambiente, dándole información sobre la huella que el/ella reduce al comprar una vivienda de bajo impacto ambiental. Es decir, transmitir  la información necesaria para saber que una persona, al levantarse de la cama cada día, tiene un impacto positivo gracias a su decisión de comprar o alquilar una vivienda más sostenible. Otros ejemplos de igual o mayor impacto serian, comunicar a una empresa que al rehabilitar una oficina en clave sostenible, cada año absorbe CO2 en lugar de emitirla o  demonstrar a un gestor de un centro de fitness que practicar deporte en un gimnasio que reduce su huella de un 50% y  genera un impacto equivalente a la reforestación de 5 hectáreas.

Cómo se reduce la huella de CO2 de una persona en su vivienda o lugar de trabajo?

Vamos a verlo con un ejemplo muy simple: cómo podemos pasar de kWh/m2 a impacto positivo por habitante de una vivienda:

• Calculad la cantidad de emisiones ahorradas por vuestro edificio comparado con un edificio de referencia. Para hacerlo con herramientas básicas del código técnico, consideramos que la aportación de una instalación solar fotovoltaica genera un ahorro de 1000 kWh al año y aproximadamente 330 kg de CO2eq (con un ratio de cambio Energía Final/Emisiones de 0,331 kgCO2/kWhEF)
• Aplicamos un coeficiente de absorción típico de un árbol adulto que cada año absorbe aproximadamente entre 10 y 30 kgCO2. Digamos 10 para ser más conservadores.
• Dividimos el valor de emisiones ahorradas cada año por un árbol por las emisiones totales ahorradas cada año por nuestro edificio.
• Con un poco de licencia poética/científica podemos decir que nuestro edificio ha tenido un impacto positivo equivalente a plantar 33 arboles. Si en este edificio viven habitualmente 3 personas, el impacto positivo de cada usuario es equivalente a 10 árboles.
• Hagamos lo mismo con toda las emisiones a lo largo del ciclo de vida. nosotros utilizamos a menudo el programa One Click LCA

Importante: ¡la precisión del dato de partida! Si los datos son malos, nos estamos engañando de entrada.

Hemos empezado a normalizar el impacto ambiental por cada usuario de varios edificio y el resultado es a veces muy importante.

En la Green Nest House (https://greennesthouse.com/) tenemos una huella de carbono, calculada a lo largo de su ciclo de vida (80 años de referencia), igual a 134 CO2e/m2 de superficie construida.

La cantidad de emisiones de CO2e asociadas a una vivienda tradicional en España es de aproximadamente 524 kgCO2/m2. Esto significa que el GNH, comparado con una vivienda tradicional, garantiza un impacto evitado del 74%.

Pensándolo en términos de impacto ambiental por usuario, el valor asociado al GNH es de 40 kgCO2/usuario año, mientras lo de una vivienda tradicional es cuatro veces más elevado (160 kgCO2/usuario año).

Esto significa que, cada usuario de la vivienda genera un impacto positivo equivalente a la absorción anual de CO2 de 8 árboles adultos (considerando que un árbol adulto de tamaño medio absorbe 15 kg de CO2 año).

Otros estudios que estamos desarrollando en edificios terciarios nos dan un resultado aun más interesante.

En el caso de una oficina de consumo cero neto el impacto positivo de cada usuario puede llegar a igualar al impacto de 75 árboles adultos.

Capacidad de responder a una demanda creciente de sostenibilidad

Si queremos apostar por una arquitectura regenerativa tenemos que implementar un lenguaje positivo y unas métricas que pongan en valor la sostenibilidad como una acción positiva para las personas y el medioambiente.

Podría además ser un potente argumento de venta si somos capaces de convertir los beneficios ambientales en beneficios para los usuarios (clientes/compradores) empoderándoles en su capacidad de aportar un impacto positivo. Si todavía existen los que dicen que al cliente solo le importa el precio, respondería con un gran DEPENDE. Datos de Morgan Stanley 2017 reportados por Bruno Sauer en el curso de Taxonomía del Green Building Council España:

93% de los millennials encuestados están interesados en inversiones que aspiran a generar un impacto social, manteniendo la rentabilidad en línea con el mercado. A su vez, existe un consenso en torno a que las inversiones de impacto pueden asumir un rol importante en la economía sostenible, dado que el 75% de los millennials encuestados cree que las inversiones pueden influir en el cambio climático y el 84% de los millennials cree que las inversiones de impacto tienen el poder para remover gente de la pobreza. La generación inmediatamente posterior a los millennials (Generación Z) también está de acuerdo con esta iniciativa: 94% cree que las empresas deberían contribuir a las deficiencias sociales y medioambientales de los países donde viven.

Hemos visto en los últimos años, como una acción de cada uno de nosotros puede generar impactos muy importantes en la globalidad, necesitamos ahora generar muchas «mascarillas» que nos ayuden a luchar contra el cambio climático